viernes, 30 de diciembre de 2011

Alcohol en la herida

...la mejor medicina para el alma es la realidad...

Quizá todas las perspectivas de una vida son mentira. La que uno tiene de sí mismo, la que tienen los demás, la que se recuerda, la que se intuye que vendrá... La de aquello que nos rodea y de quienes nos rodeamos.
Quizá aprender a vivir sea acercar estas perspectivas a la mayor realidad posible.

...prefiero que me hagan añicos el corazón antes que tenerlo parado...

Siempre proclamo que prefiero las verdades dolorosas a las mentiras piadosas. Hace poco me dijeron que con los años cambiaré de idea. Pero ya dudo mucho de esta frase, desde que soy niño me la han repetido tantas veces...

Y prefiero la verdad porque no me gusta vivir entre humo. Porque me atraen las personas sin caretas. Porque nunca entendí los protocolos (los sociales, no los informáticos). Porque no temo al dolor agudo de la verdad, y sí al suplicio crónico del ocultismo y la sospecha. Porque aún no imagino sinceridad que me haga dudar de mis zapatos.

...estas fechas están salpicadas de mentira...
...brindamos a la salud del engaño y el fingimiento...

Y prefiero la verdad porque me cura el alma. Darme de bruces contra ella es dejar de intuir qué esconde la oscuridad y verlo. El golpe puede ser suave o brusco, pero me despierta de nuevo. Y mañana otra vez será de día, y podré seguir caminando.

Quitar velos, abrir bien lo ojos. Que duela la luz... porque duele, pero es el dolor de la cura, de los puntos de la cicatriz, del alcohol en la herida.




Remember: all I'm offering is the truth, nothing more.

1 comentario:

  1. No hay nada menos real que Matrix. No me interesa vivir en realidades alternativas, bastante tenemos con la nuestra. Yo también prefiero la verdad, por dura que sea.
    ¿No fue Unamuno el que dijo que nosotros no existimos realmente, que sólo somos el sueño de Dios?. Un saludo.

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