domingo, 31 de enero de 2010

Redefiniendo conceptos

Buscando en Google Images algunas palabras comprendo que los términos evolucionan, se fusionan, pierden y ganan significados. Contentarse con la explicación que suscribe el DRAE a menudo no nos da la dimensión cultural y globalizadora del uso de esa palabra. En esta noche, busco palabras que en el mundo evocan estas imágenes:
  • Amor: corazones, ositos, color rosa
  • Libertad: palomas, bocas amordazadas, la estatua americana
  • Comida: hamburguesas, motivos de los Simpsons
  • Hambre: niños negros caquécticos
  • Sexo: parejas heterosexuales besándose
  • Amistad: dibujitos animados, animales
Hagan la prueba. Descubran cuáles son los iconos más buscados de los conceptos más universales. Y díganme qué opinan.

viernes, 29 de enero de 2010

Mala pécora

Dedos de carboncillo. Ésta es una de las brujas de mi nuevo aquelarre.
Y dice el lexicón de nuestro idioma:
mala pécora.
1. f. coloq. Persona astuta, taimada y viciosa, y más comúnmente siendo mujer.
2. f. coloq. prostituta.
Lo de siempre: vosotras, listillas y gustosas, pagaréis por esos pecados.
Necias y castas, tendréis el reconocimiento que merece vuestro silencio y sumisión.

miércoles, 27 de enero de 2010

Boca de sabores

Hoy: nivel 7 de felicidad.
Tengo a veces encasquillado el cerebro con los versos.
Alguien me dijo: exprimes a los autores.
La luna está creciente.


Si alguna vez no hubieses existido...

Si alguna vez no hubieses existido,
si el calor de tus muslos no me hubiese
buscado como un látigo preciso
y mis ambigüedades electivas
-los días más oscuros de mí mismo-
no te hubiesen tenido como saldo
de afirmación o excusa,
es posible
que este volver a casa en soledad
y demasiado pronto,
me recordase ahora un poco menos
al joven que apostaba por el mundo,
con el mundo a su espalda.

Sólo el amor es duro.
Metidos en la noche, regresando
entre la potestad y la mentira,
hablamos del poder o de los sueños
al hablar del abrazo.
Y no lo sé tal vez, no sé si me recuerdo
prisionero de un cuerpo o libre junto a él,
buscando salvación o en servidumbre,
miserable y maldito, pero atónito.

Quizás sólo se trata de que no estás aquí,
de que perder es duro para todos
y el amor me hace falta, como sabes.
Quizás contigo estuve
tan demasiado cerca de tu reino,
que necesito ahora desmentirte,
utilizar los trucos que uno tiene
para poder seguir.

Porque somos así seguramente,
huellas equivocadas,
solitarias hogueras de un camino,
paraísos de cuatro habitaciones
que sólo se comprenden
después de haber firmado muchas veces,
precisamente ahí,
donde pone El viajero.

Y a mí, ya que prefiero escoger mis derrotas,
quiero que me recuerdes derrotado,
como quien algo espera
más allá de los tiempos y los hechos.
Quizás porque haga falta haberlo presagiado
o porque, en todo caso, nadie sabe
dónde acaban los sueños.

martes, 26 de enero de 2010

Sabores de boca

Hoy: nivel 4 de felicidad

Me pregunto cómo sentiría yo los días siendo Mesalina.
Y leo a las Impertinencias de García Montero

En la mesa de al lado,
un jardín de señoras en domingo
abonadas al orden del murmullo
y del té con limón,
en un café de invierno por la tarde.

Se quejan de los tiempos, beben, fuman,
discuten sus secretos, asienten con sonrisas...
Y de pronto se paran a mirarte.

Despreocupada cuentas
-y en el local tu voz es como el sable
que hiere al enemigo-
una historia de cama con detalles expertos,
una manera de sentir la vida
que penetra y disuelve
la luz de iglesia,
la humillación del frío en las rodillas,
los cajones cerrados y las fotos de boda.

Cierto tipo de gente
sufre de los inviernos en los ojos,
conoce las heladas
que pasan por debajo de una puerta,
una puerta de alcoba,
allí donde la noche siempre tiene
olor de espera inútil,
y después de la espera se aceptan las mentiras,
y después el silencio.

Nada dejan los años en la mesa de al lado,
sino un murmullo que envejece y una sombra
que cruza por los labios como una cicatriz,
un rencor en la piel de la conciencia.

Tu voz es alta y joven,
va vestida de fiesta y cuando se desnuda
hace que el sol de invierno, conmovido,
se detenga un instante para apoyar la frente
sobre los ventanales del café.


Hoy: alguien me ha dicho que me gusta experimentar.
Lo celebro como una novedad antigua.
Prohibiciones sólo para el placer extático de saltárselas.
A veces sigue doliendo haber perdido la brújula.

Benditos orgasmos.

Folie


La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que no lo está, mientras yo sé que lo estoy.
Salvador Dalí (11 de mayo de 1904 - 23 de enero de 1989). 
Pintor, escultor, diseñador, escritor y cineasta español.

domingo, 24 de enero de 2010

Lanzarse al vacío

Llevo tiempo queriendo y necesitando lanzarme a este pozo; pero no acabo siquiera de probar, cual sacrificio de pie hasta el tobillo, si será demasiado frío lo que me espera. Supongo que soy de esos que tienen dificultades con los inicios, el mal trago de la primera vez (palabras que las películas americanas han convertido en sinónimo de pérdida de la virginidad sexual).
Pero, en realidad, no a todos... deben de ser dos formas de ver la vida.  Los que con alegría y velocidad se zambullen en toda nueva aventura para posteriormente dudar de si salirse o no. Y los que prefieren, como yo, primero, digerir las dudas, hacer un mundo de todo estreno, para luego, tras lo duro del primer paso, seguir caminando dichoso por la levedad y facilidad, apoyadas en la creencia de que lo peor ya quedó atrás. Igual todo viene del nivel de control sobre la situación que necesitamos cada uno para empezar a andar por la misma...

E igual que el bañista friolero que hace cábalas frente a la playa intentando predecir todo lo que ocurrirá para adaptar la tensión de su cuerpo y el ritmo de su respiración al caos ordenado del vaivén de las olas, yo me planteaba cómo mojarme en este cuento. Pero si el friolento acaba rodando cual trapo en manos de la mar incontrolable con sus planes chorreando, así yo acabo escribiendo lo que me va surgiendo a instancias de... no sé bien de qué, quizá de un simple teclado caprichoso. Porque pensé inaugurarme recordando el texto de cabecera para todo inicio de viaje, aquella Ítaca de Kavafis. Después se me ocurrió teorizar de por qué no encuentro tiempo para poder lanzarme a esto, ocupado en un sistema absurdo... pero esto será otro día.

Al final, o me han tirado, o me he caído, o las olas me han arrastrado, o yo mismo cerré los ojos y di el paso... pero ya estoy dentro, ya sin frío.



martes, 5 de enero de 2010

Quién me ha visto y quién me ve

Aquí estoy, humana sensible y camaleónica, enlazada al binario por amar a quien modela la criptografía del presente; el baile de mis dedos, la luz cuadrada, la intimidad tibia de motorcillos minúsculos que le dan cuerda al futuro.
Mi pintura, mi medicina, mi baile, mi palabra.
Soy ancestral.
Yo me bautizo, como hembra primigenia, como mujer contemporánea.