Algunos libros llevan escritos lo que en ocasiones necesitamos leer para apuntalar aquello que queremos ser. Y nuestros difuminados pensamientos los leemos entre páginas de un autor con el que nos acabamos sintiendo hermanos en la distancia y el tiempo, igual que cuando esperamos escuchar nuestras propias palabras de boca de otra persona para saber que hemos encontrado a quien buscábamos.
Uno de estos libros me hizo enorgullecerme de ser un perdido en utopías:
...entendiendo utopía como anhelo de una vida justa y feliz, que procede al imprescindible análisis de la realidad social imperante y a la dilucidación de los oportunos medios para transformarla...
...una meta inalcanzable, para no dejar de avanzar, para no llegar nunca...
...la eliminación de los elementos utópicos significaría un estancamiento inimaginable, el cese de la voluntad de perfección en una sociedad sin metas...
...la utopía se conecta no tanto con la simple espera, sino ante todo con esa espera activa que es la esperanza, el hombre no huye de la insoportable presión del presente hacia un futuro mejor, lleno de consuelos, sino que tiende a procurarlo. Tal audacia no torna su vida necesariamente más cómoda, sino con frecuencia más conflictiva...
La aventura de la moralidad
Carlos Gómez. Javier Muguerza
Y en ciertos momentos la carga en los hombros se hace notar, pesa un poco más. Porque hay momentos más grises, momentos en los que ninguna luz te recompensa el esfuerzo, en los que nadie te comparte carga. Y en los que además estás metido hasta las cejas en esfuerzos de vivir de una determinada manera. Momentos en los que de verdad estás muy cansado, como con demasiada presión atmosférica. Y en alguno de esos momentos, a veces, por un segundo, se cruza la duda en tus pensamientos.
¿Por qué tanta exigencia, de vida, de libertad, de ética, de justicia? ¿Por qué querer enfrentarte a miedos en lugar de resignarse a una cobardía cómoda? ¿Por qué renunciar al camino fácil, tranquilo y sin sobresaltos? ¿Por qué aspirar a disponer de tu tiempo sin perderse en la droga consumista? ¿Por qué desear personas que entienda hasta los útlimos rincones de tu alma cuando hay tanta gente con la que llevarse bien? ¿Por qué perderse en utopías existiendo un modo de vida tan previsiblemente sencillo? ¿Por qué...?
Tras la duda, ni siquiera necesitas responderte. La respuesta eres tú mismo.