martes, 25 de octubre de 2011

Amar según Ortega

(Es una aceitera regalando generosa en los mecanismos de ideas excesivamente trilladas el leer a grandes filósofos discutiendo sobre ellas. Es, en el caso del amor, subir algunos niveles la enciclopedia cupido patrocinada por las canciones de moda)

Decía Ortega que el amor auténtico es la fuerza encargada de mejorar la especie en todos los sentidos, pues se trata de un impulso hacia lo perfecto, hacia algo que consideramos mejor, excelente, más cercano a la perfección que el resto, ya sea una persona, una cosa o un lugar. Ya sea en su belleza, en sus artes, en su filosofía o en su bondad.

Decía que amar es afirmar a lo amado, desear que exista, empeñarse en ello como meta, desinteresadamente. Por lo que si el objeto amado no cambia, la unión virtual no cesará. Y experimentamos la urgencia de disolver nuestra individualidad en la suya, a pesar del celo con el que la guardamos en cualquier otra circunstancia.

Y decía que sí, que el amante se puede equivocar. Percibir la realidad ya es ardua tarea. Y las personas son lo más complejo de esa realidad, difíciles de entrever. Y sí, el amante también puede enamorarse del amor, encomiado por todo tipo de artes, y convertido en ideal de acción vital por muchos; lo amado aquí es sólo un pretexto. Y tampoco es amante quien sólo busca enamorarse, porque sólo aman el vivir el éxtasis perecedero, sienten la plenitud de su felicidad al estar fuera de sí en lugar de sobre sí.

Pero decía Ortega que, a pesar de todo lo anterior, jamás puede ser considerado el amor como un error o una ilusión o un vuelo pasajero. Y atribuía esta opinión sólo a quienes nunca fueron amados de verdad, que es, bajo su prisma, la suerte que espera a la mayoría.

1 comentario:

  1. Maravilloso Ortega y Gasset a través de tus sensaciones al leerlo. Pilar, de El efecto coriolis.

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