jueves, 21 de octubre de 2010

Me atraes. Te escucho.

Hace unos días, unos compañeros de género me preguntaron si no me excitaban las mujeres. Quizás ahora tú estés pensando que yo me muevo cerca de la homosexualidad. Y lo cierto es que me gustaría ser bisexual, por eso de disfrutar el doble, pero aún no he imaginado hombre que mueva mis instintos. La razón por la que mis congéneres me interrogaron de ese modo fue porque saben que tengo algunos comportamientos distintos a la mayoría de hombres con respecto a ellas. Por ejemplo, considerar que sí es posible tener amigas para disfrutar sólo de su persona y no de su sexo. O escucharlas cuando me hablan, en lugar de llenarles de baba mientras toco todo lo que puedo. O el respetar y alabar a todas aquellas que libremente deciden llevarse a la cama a todo hombre que le guste. O calificarlas por algo más a parte de sus curvas. O por no imaginar que detrás de todo ascenso siempre hay alguien que se la está tirando. O por no querer casarme con Elsa Pataki... En general, por luchar contra el sexismo. Supongo que mis lectores masculinos saben bien a qué tipo de conversaciones me refiero. Las femeninas... igual no tanto. Aunque podéis compararlas con esas en las que, entre vosotras (generalizando), se ha despreciado a la puta mientras os enamorabais del chulo.

Tuve que contestar a la pregunta. Sí, me excitan las mujeres, y no sabéis cuánto. Siento mis instintos, me sé animal, y puedo correr por las calles para procrear hasta la saciedad con toda curva que se me cruzara. La mujer es deseo. Me río ante la pregunta de qué sacrificaría antes, si la comida o el sexo. Ese cruce de piernas, ese pliegue en la caída del pecho, ese canalillo, esa mirada enmarcada, esa boca mordible, ese corte de pelo... y me puedo imaginar rompiéndote la falda mientras te subo en la mesa, o dibujandote con mis manos desde tus botas hasta los muslos desnudos, o agarrándote del pelo para atraer tu boca abierta mientras de rodillas nos peleamos a golpe de cadera... Pero eso son mis instintos, maravillosos, placenteros. Cuando quieras los practicamos, los disfrutamos. Por encima de esto, hay mucho más. Hay personas, palabras, pensamientos, sentimientos, vida. Hay derechos. Libertad. Igualdad... Personas.

Si a mí no me juzgan por mi aspecto, por qué debo hacerlo yo con ellas. Si quiero aspirar a algo más que a ser el marido de, la cara bonita, el mejor vestido, por qué no procuro lo mismo para ellas. Si sé (y si no lo sabes, lee un poco) que han sido tratadas como basura a lo largo de los años, por qué me va a ser indiferente. Si quiero ser escuchado, por qué no escucho. Si quiero ser tratado como persona, por qué las trato como ganado.

En España se gastan millones de euros en... mmmmm... por ejemplo... en un ejército. En promocionar el turismo. En subvenciones para festejos tradicionales. En apoyo a la iglesia. En construcción de infraestructuras. En medio ambiente. En sanidad avanzada. En investigación. En becas para viajar. En diplomacia. En seguridad. En limpieza. En resolver conflictos laborales... De todo lo que nos gastamos, menos del 1% iba destinado a algo llamado Ministerio de Igualdad. Se dedicaba a preservar los derechos de la mujer. De lo enumerado anteriormente, ¿qué hay más importante que esto para dedicar fondos?

Supongo que será la presión electoral que pide austeridad. O la incomodidad para los políticos varones de tener a una ministra joven, femenina y feminista. O la consideración de los medios como un gasto inútil. Supongo que será por dedicarse a permitir a las mujeres evitar embarazos no deseados, por educar en la igualdad de sexos a la juventud, por luchar más que nunca contra la violencia de género... Supongo que quizá sea más importante mantener una Secretaría de Deportes en el Ministerio de Educación que luche por ganar el próximo mundial o por traer las próximas olimpiadas.

2 comentarios:

  1. La chica dura del metal22 de octubre de 2010, 13:01

    Me encanta.Muchas mujeres también tratan de esa manera a los hombres por que así se sientes liberadas sexualmente,yo comparto totalmente tu visión de las relaciones humanas.
    Ya te he expresado en más ocasiones lo que aprecio que haya hombres que crean de verdad en la igualdad,lo que me gustan tus razonamientos.Ojalá fueran más hombres y más mujeres los que pensaran así y actuaran en consecuencia.
    El segundo párrafo es...conmovedor,excitante y muy sensual.Las palabras...relegadas a un segundo plano en la seducción,y sin embargo tan importantes.El leerlo me ha acelerado el corazón.

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