sábado, 22 de septiembre de 2012

Atracción

Era una rubia delgada, de piel morena y mirada afilada, con baile ligero y gesto seductor. La conocía hace años, pero jamás había cruzado palabra con ella. Me atraía desde entonces, desde siempre. Aquella noche, los hilos que nos mueven nos llevaron a compartir mesa en un almuerzo, con fiesta posterior. Y hablamos. Hablamos y reímos...

Newton explicó lo que Kepler había postulado: los movimientos de los astros. Él nos dio el porqué: la atracción de masas por una fuerza natural que actúa a distancia y que llamó gravedad. Desde entonces, la ciencia se apoyó en esto para inventar explicaciones a todo lo desconocido basándose en ese tipo de fuerzas. Todo lo que nos rodeaba existía en un estado tal debido a la atracción y repulsión entre diferentes partículas. El magnetismo sería el ejemplo cumbre. 

Con el tiempo la ciencia descartó que todo fuera atracción o repulsión. Sin embargo, estoy convencido de que en las personas opera algo similar. Ese ser que no conoces, o que conoces desde hace demasiado, y al que irremediablemente te une un hilo invisible cuya tendencia es a acortarse para unir cuerpos y bocas, como dos masas que en el espacio se buscan hasta chocar. 

Las feromonas son sustancias químicas secretadas por los seres vivos con el fin de provocar comportamientos específicos en otros individuos, con frecuencia de la misma especie. Se comportan como un medio de transmisión de señales cuyas principales ventajas son el alcance a distancia y el poder sortear obstáculos, puesto que son arrastradas por las corrientes de aire. Muchas especies de plantas y animales utilizan diferentes aromas o mensajes químicos como medio de comunicación y casi todas envían uno o varios códigos por este medio, tanto para atraerse o rechazarse sexualmente como para otros fines.

No hubo nada entre la rubia de mirada afilada y yo. Y no la he vuelto a ver, ni la volveré a ver hasta dentro de unos cuantos años (supongo). Pero nos atraíamos. Y lo sabíamos. Nos lo decíamos con los ojos (...que el alma que hablar puede con la boca también puede besar con la mirada...). Éramos conscientes de que una nebulosa nos envolvía, que algo nos llamaba el uno hacia el otro, que nos buscábamos en medio de la gente, que nos deseábamos. Mas... quizá no fue nuestro momento, quizá nuestras vidas estaban en otra parte. Y el ser humano perdió hace tiempo ese "dejarse llevar" animal que nos habría conducido a un rincón oscuro, a ser devoradores mutuos, depredador y presa al mismo tiempo uno de otro, a fatigarnos hasta el límite de fuerzas físicas y mentales, a destrozar las fronteras del placer.

Me quedé con tu mirada, te seguiré buscando en el futuro...  

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