martes, 11 de enero de 2011

Sangre de la alianza...

Siempre me ha parecido muy poético que el ciclo menstrual de las mujeres, esos veintiocho días, coincidan con el ciclo lunar.
Mi endometrio creciente, luego lleno (redondo, esperando enterrar en él la vida), luego decreciente (despeñado, deshecho en sangre) y por último endometrio nuevo (listo para renacer una y otra vez).

Me gusta que mi cuerpo esté conectado a la vida. A la luna y sus influencias [lunática!!]. A otras mujeres con las que me sincronizo, por olerlas, por estar cerca de ellas y detectar sus feromonas. Al mundo, que me acelera en el hemisferio sur y me ralentiza en el norte.

Me gustan estas sangrías naturales para renovarse o morir. Este diapasón mensual que me recuerda que mi cuerpo sigue doliendo, fluyendo, hinchándose, sintiendo; que esta carne en la que habito soy yo, nada más y nada menos.

Me gustan los hombres que reverencian al cuerpo, sus olores y sus emanaciones. Los que aún no han renegado de lo que de animales tenemos, los que no buscan encuentros asépticos (qué sería del sexo sin los gruñidos, la saliva, el olor a sudor y a sexo, el calor agolpado en la cara, los pelos de los cuerpos, la mirada vertiginosa). Me gustan los que se entierran en mi sangre a modo de alianza nueva y eterna, para derramármela piernas abajo y poder redimirlos de todos sus pecados.

Pienso en cuántas mujeres en el mundo, en este preciso instante, estarán contemplando con ojos enormes su sangre naciendo por primera vez.
Cuántas estarán descubriendo, con alborozo, que no volverán a sangrar hasta ocho meses después, cuando vuelvan a ver su sangre cubriendo y alimentando a su hijo.
Me pregunto cuántas, ahorita mismo, estarán contando con el corazón un poco estrujado, una y otra vez los días de retraso. Como yo.

3 comentarios:

  1. Pardiez! No creo que a nadie le importe el final de la incertidumbre de una mujer cualquiera, lo mágico son los momentos que vivimos exclusivamente nosotras. Con esa soledad que no hay piel que la atraviese, con esa compañía de todas las "ancestras".

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