viernes, 31 de diciembre de 2010

Shhh... sólo es un año más

De pequeños, algún día que no recordamos, alguien nos enseñó que la semana tiene 7 días y el año 12 meses. Un poco más mayores, también aprendimos que para vivir sólo dispondríamos de un puñado de años, que no viviríamos eternamente. Esto nos produjo tal impacto emocional que algunos lo olvidaron para siempre y otros no se lo pueden quitar de la cabeza.

Por aquel tiempo también nos enseñaron a contar. Y a desear, aunque para esto ya veníamos preparados de fábrica. Y entre estas simples tareas se nos van nuestros esfuerzos, en desear y en contar los años que nos quedan. Y en cuadrar las cuentas para obtener buen balance. Pero muchas veces nos perdemos en la teoría antes que en la práctica, porque es difícil saber qué deseamos y saber cuándo y cuánto tiempo tenemos. Así que muchos optaron por dejarse llevar por otros, otros que cuentan y desean en su lugar.

No obstante, en fechas como hoy, repasamos las cuentas pendientes. Nos recreamos si estamos en la cresta de la ola sin creérnoslo, dejamos caer los ojos recordando tiempos mejores, apretamos el puño con esperanzas en nuevos esfuerzos, o sonreímos tristemente si ya perdimos la inocencia.

Esta noche se celebra alrededor del mundo entre cava, gambas, borracheras, corbatas, peluquerías y gorros de fiesta. Yo siempre me identifiqué con aquellos que la sentían como una noche algo triste. Quizá sea porque nunca tomo uvas, o porque el acohol despierta aún más mi melancolía filosófica, o porque no delegué la obligación de contar y desear.

3 comentarios:

  1. Lo más opitimista que podemos sacar del día de fin de año, es que gracias a las uvas podemos morir atragantados, y a la vez fingir que ha sido un accidente, lo cual, da bastante que pensar.

    ResponderEliminar
  2. Pese a todas aquellas cuentas que se van amontonando, este año me sentí bien. Nietzsche, tú en qué pensaste?

    ResponderEliminar
  3. Pensé que un bar es mal sitio para pasar la primera noche de un nuevo año. Pensé que es bueno tener quien te coja la mano esa noche para calmarte el miedo ante los años que se suceden. Pensé que me canso mucho antes que el resto de cualquier cosa que se repite.

    ResponderEliminar