viernes, 2 de marzo de 2012

tic tac

mi piel envejece, la noto aflojarse y agrietarse, proceso universal e irremediable (pese a toda la alquimia que nos quieran vender). marcador inexcusable de que el tiempo pasa, también para mí aunque no siempre me lo crea,

por dentro también voy mudando, soy mil veces crisálida y mariposa, pero con una sensación peculiar de seguir siendo la misma que hace diez años, aunque distinta.
y en eso habré salido a mi padre pues al preguntarle qué se sentía al tener setenta años me contestó que él siente lo mismo que cuarenta años atrás.

veo cada mañana grupos de adolescentes a las puertas del instituto. y se me antojan tan frágiles. y yo les pareceré tan vieja. me sonreí al escucharlos comparar su ego dándose las cifras de amigos en el facebook, me dio por reír cuando comprobé que adultos culturetas medían el suyo con seguidores de sus blogs.

cuando yo era adolescente me imaginaba cómo sería a la edad que tengo ahora. me veía como una mujer hecha y derecha, tan independiente que no necesitara a nadie, que habría aprendido todos los secretos de la sexualidad, que tendría opinión fundada de todo.

y no sé qué coño he hecho en todos estos años, pero cuestiono la realidad y sus sistemas de valores admitidos, dudo y me desinformo, dejé de ver televisión y leer prensa para no tener más opinión que la mía, la más parecida a un indígena no globalizado.
el sexo es el campo de batalla en el que nos declaramos vencedores después de haber perdido, perdida sigo entre tanto mundo fálico, tanto misterioso goce que me brota de dentro sin desvelarme el camino. eso sí, aprendí que la independencia pasa por necesitar, infinitamente, a los demás.

los adolescentes de mis mañanas fuman en grupitos, mostrando mucho el cilindro humeante que se consume más fuera que dentro de sus pulmones.

los hombres maduros con traje de chaqueta y ropa de marca andan con aplomo y sé que ellos tampoco conocen los secretos de la sexualidad.

esta maldita sensación de que el tiempo pasa y está a la vez detenido, un reloj que marca los segundos pero en su infinito recorrido circular nunca cambia de minuto ni hora...

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