jueves, 8 de julio de 2010

Algunas cosas que se han visto en este mundo

Son numerosas las referencias a que la falta de estímulo afectivo en la primera infancia condiciona mermando la capacidad de amar que tenga el ser humano. Lo he leído decenas de veces. Pero no deja de sorprenderme.

El bebé con adecuado aseo, alimentación, vestido, etcétera, pero que no es amado primero llora, trata de llamar la atención. Después, a los días, se le agota el llanto y sólo se queja. Deja de crecer (¿para qué desarrollarse sin amor?). Más adelante persiste y se acusa la pérdida de peso, rehúsa ya el contacto humano y es proclive a contraer infecciones. Muchos de estos bebés con necesidades cubiertas pero sin amor mueren.

¿Puede haber una prueba más evidente de la importancia del afecto en nuestras vidas?

Ama.

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